El protagonista
Quizá la protagonista principal de esta temporada fue la competencia, la cual se mantuvo aun cuando el Covid-19 volvió a acechar entre diciembre y enero, diezmando a más de un equipo (en un momento dado, los Clippers tenían sólo 9 jugadores habilitados para la competencia). La competitividad y combatividad de todas las franquicias permitió que el virus no se robara el show.
Por su parte, el Play In permitió que se mantuviera viva la competencia hasta la última fecha, definiendo no sólo las plazas, sino el orden, el cual es decisivo en esta instancia.
Y no sólo fueron las plazas, también se vería mucha y muy variada competencia por los premios individuales, otorgándonos las más reñidas competiciones por los títulos de MVP, novato del año, técnico del año, jugador con mayor mejora, mejor defensa, y sexto mejor hombre. Hasta el día de hoy, todavía es una completa incertidumbre, y las apuestas siguen abiertas.
El equipo
Si bien hubo un equipo que dominó de comienzo a fin de la temporada, pareciera que la mayoría de los medios los darían por hecho, y poco se les nombró. Me refiero a los Suns de Phoenix, actuales subcampeones de la liga y que este año a pesar de obtener el mejor récord de victorias entre las franquicias, de tener un gran equipo técnico y de demostrar una fuerte cohesión entre sus figuras, ninguno de sus jugadores fue tenido en cuenta en ninguna de las discusiones para las nominaciones al All Star, o al MVP y eso que la temporada de Devin Booker y de Chris Paul fueron más que destacadas.
La revelación
Más que la revelación, en este caso los Grizzlies de Memphis serían la gratísima revelación. El año pasado mostraron destellos de talento, pero todavía eran un equipo muy joven, ya se vislumbraba la figura de Ja Morant como uno de los futuros animadores de la competición, y se esperaba a ver cuánto progresaban los jugadores de complemento. Este año, el técnico Jenkins lograría hacer explotar el talento de cada uno de sus jugadores: Ja Morant se consagró como All Star, Jarret Jackson Jr lideró la NBA en bloqueos, Dillond Brooks se consolidaba como un defensor al cual hay que temerle, Desmond Bane creció enormemente como escolta y como lanzador, Steven Adams se aseguró el puesto de líder moral de ese grupo.
Pero lo más importante de todo era ver cómo los jugadores habían comprendido la esencia de grupo, apoyándose entre todos, aun cuando faltó Morant por lesión, el equipo no decayó, y subieron hasta el segundo puesto de la conferencia del Oeste, por encima de los Warriors.
A tener en cuenta
“Nueva escoba barre bien“, dice el viejo adagio, y al parecer ese fue el caso de Ima Udoka en los Celtics de Boston. Si bien en el primer tramo de la temporada el equipo era uno de los de peor récord, el técnico novato hizo un par de ajustes, priorizando consolidar el juego defensivo, confiando el ataque a dos bestias cómo Jason Tatum y Jaylen Brown. En el segundo tramo de la temporada, al parecer el discurso del técnico por fin hizo mella en el equipo y tuvimos el placer de ver a uno de los equipos más sólidos de la temporada (así haya sido por solo media temporada). Ningún equipo lograba pasar de los 100 puntos contra ellos, siempre muy bien controlados por Smart, Williams y Pritchard, y adelante los J (Jays) como se le conoce a la pareja Tatum/Brown, se divirtieron a placer destrozando a las defensas rivales.
El MVP
La discusión por el mejor jugador de la temporada cambió mucho de nombres a lo largo de la temporada, pero al final los comunes denominadores y los más constantes en su juego fueron Nikola Jokic (Denver Nuggets) y Joel Embiid (Philadelphia 76ers). De hecho, el camerunés (Embiid) se consagró como el mejor anotador de la competición, logrando un impresionante promedio de 30.4 puntos por partido, siendo el primer centro-pívot desde el mítico Shaquille O’Neal que logra esta distinción. Por su parte, el serbio (Jokic), actual MVP de la NBA, logró no solo mantener el nivel del año pasado, sino también mejorar sus números; ademas de ello, tuvo que cargar con el equipo al hombro toda la temporada, tras la lesión de sus complementos Jamal Murray y Michael Porter Jr.
¡Las apuestas siguen abiertas!
El récord
La temporada se destacó por varios récords históricos, como en el caso de Stephan Curry y su llegada a la cumbre de los lanzadores históricos de la liga, superando a Ray Allen y prometiendo aumentar la diferencia, ya que aún le quedan 4 ó 5 años de alto rendimiento.
LeBron James también se apuntaría no sólo siendo el jugador más longevo con un promedio por encima de los 30 puntos por partido, sino también alcanzando los 36000 puntos en la competición, quedando a algo menos de 2000 puntos del récord de Jabbar.
Por otro lado, el gran Gregg Popovich (San Antonio Spurs) lograría su victoria 1336 como técnico, quedando así como el entrenador con más victorias en la historia de la NBA.
La decepción
La decepción correría por cuenta de los dos equipos que a priori eran los llamados a protagonizar la liga por sus nóminas llenas de estrellas y quizás, por la sobre exposición mediática que tuvieron: Los Angeles Lakers y los Brooklyn Nets.
Ambos equipos eran los líderes en las apuestas por el anillo de este año, y de hecho se vislumbraba una final entre los dos. Pero el baloncesto es un deporte colectivo y las variables son infinitas.
Los dos equipos estuvieron por debajo de la expectativa, saliendo peor librado el conjunto de Los Angeles, ya que ni siquiera lograron clasificar al Play In y teniendo uno de los peores récords de la franquicia en su historia moderna (33-49).
Punto y aparte: ¿alguien vio a Julius Randle?
Lo malo
Desafortunadamente tenemos que hablar de las lesiones como uno de los factores determinantes en varios de los equipos.
Los Bulls de Chicago, por ejemplo, lideraban la conferencia Este mostrando una enorme mejoría con respecto a los últimos años, las nuevas contrataciones estaban funcionando muy bien, pero en enero, las lesiones acabarían diezmando al equipo y tras una horrorosa segunda parte de la temporada, el equipo acabaría casi cayendo a puestos de Play In.
Las lesiones también condicionarían el rendimiento de muchos equipos, como en el caso de los ya nombrados Nuggets, los Warriors, los Pelicans, los Clippers y los Cavaliers.
Lo feo
Los enfrentamientos personales al interior de los equipos, como en el caso de Simmons y los 76ers, y de Harden con los Nets; afortunadamente en los dos casos se encontró una solución reciproca, pero quizá un poco tardía.
En Miami también se vieron disputas entre Jimmy Buttler y el técnico, pero afortunadamente Spoelstra es un hombre de mil batallas y logró mantener a flote el barco.
Otra cosa fea fue ver el final de un proyecto como el de Portland, aun no se sabe qué va a pasar con Lillard, pero ya Morris y McCollum abandonaron la institución.
Para el futuro
Si algo dejó claro esta temporada fue la renovación generacional de la liga, varios equipos mostraron cosas interesantes para el futuro inmediato, como en el caso de los Bulls, los Raptors, los Grizzlies, los Timberwolves y los Celtics, quienes mostraron que van a ser grandes animadores de las próximas temporadas.
Otros equipos mostraron cosas que podrían llegar a ser muy interesantes si se mantienen los proyectos; equipos jóvenes con figuras que han dado un salto de calidad considerable en su segundo y tercer año en la liga. El caso de: Cavaliers, Hornets, Mavericks, Pelicans y los siempre peligrosos Spurs.
Los Playoffs se auguran emocionantes y sobre todo prometen estar a la altura del nivel de competencia que se vio a lo largo de la temporada regular, la cual terminó siendo muy emocionante, como hace mucho tiempo no se veía, tanto que, si aún si te lo contaran, no alcanzarían a describírtela completamente.
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