En definitiva, durante la última década, Baltimore ha logrado distinguirse como un rival duro de enfrentar, con una defensiva que siempre causa problemas a los equipos contrarios, y una ofensiva productiva que ha logrado ser más dinámica con el paso de los años, así como ‘equipos especiales’ envidiables (entre sus filas se encuentra el mejor pateador de la liga, Justin Tucker).
Aunque todos estos elementos se han combinado para hacer de los Ravens un equipo temible dentro de la NFL, también es cierto que la franquicia muchas veces se ha quedado corta, con respecto a las expectativas que se tenían tanto dentro de la organización, como entre sus aficionados.
Esta situación se debe en parte, gracias a que la franquicia ha coqueteado con la posibilidad de llegar al Super Bowl, pero ha sido eliminado en Playoffs en las temporadas pasadas, dejando un sabor agridulce entre jugadores y afición. Debemos recordar que la última vez que este equipo logró alcanzar la final en 2013, contra 49ers, se coronó como el ganador del trofeo Lombardi, en una final trepidante que marcó el punto máximo del equipo en la década.
Después de aquella temporada ganadora, el equipo empezó un periodo de transición en el cual; si bien lograron mantenerse a un nivel competitivo, la franquicia perdió la explosividad que tenía ofensivamente y necesitó modificar su estrategia con la finalidad de regresar al Super Bowl.
Teniendo esta premisa en cuenta, la organización empezó a mover sus piezas y logró contrataciones importantes como la de Lamar Jackson (actual QB titular del equipo), ganador del trofeo Heisman en 2016. Jackson debutó como titular durante el juego de la semana 7 de la temporada regular 2018 y, aunque su actuación durante esa temporada fue la que sembró dudas en los aficionados, la franquicia depositó su confianza en él, para llevar al equipo al nivel deseado.
Esta confianza rindió sus frutos ya que la temporada siguiente (2019), Jackson jugó una temporada estelar consiguiendo el MVP de la liga e incluso rompiendo el récord de Michael Vick (QB retirado, perteneciente al salón de la fama); obteniendo un total de 1,206 yardas por tierra, 3,127 yardas por aire y 36 pases de anotación con sólo 6 intercepciones durante la temporada regular. Con la ayuda de esos números, Baltimore obtuvo el primer lugar de la división AFC Norte, con un récord de 14 victorias y 2 derrotas, aunque posteriormente caería en las Rondas Divisionales en contra de Tennessee, las expectativas y objetivos quedaban altos para la temporada siguiente (2020).
Sin embargo, el 2020 no se desarrolló según lo esperado, debido a que los Ravens tuvieron una regresión en el lado ofensivo del balón y no pudieron repetir la hazaña hecha en 2019, aunque una vez más consiguieron un lugar en Playoffs, de nuevo, se despidieron en las Rondas Divisionales, esta vez en contra de Buffalo.
Hay que reconocer que gran parte del éxito de la franquicia, se encuentra también del otro lado del ovoide, ya que Baltimore siempre ha contado con una unidad defensiva élite, que logra ser disruptiva en cada partido y normalmente se posiciona dentro del top 10 de la NFL.
Si bien Baltimore ha tenido los elementos necesarios para llegar al Super Bowl, seguimos a la espera que este suceso ocurra y seguiremos con interés los movimientos que realizarán en esta pretemporada. Aunque el equipo no suele destacarse por hacer contrataciones/liberaciones escandalosas o controversiales, en estos momentos, la franquicia ha movido lo suficiente su roster como para que los aficionados se concentren de nuevo en el equipo y fijen sus vistas hacia la nueva temporada.
Una de estas decisiones de postemporada tomadas por Eric DeCosta (Gerente General de Ravens), fue la de liberar a Matt Judon y Yannick Ngakoue. Esta decisión no fue hecha a la ligera, ya que ambos jugadores son considerados estrellas dentro de sus respectivas posiciones. Sin embargo, DeCosta se ha decantado por desarrollar a otros jugadores dentro de su defensiva como Tyus Bowser, Calais Campbell ó Pernell McPhee, que ya han demostrado ser jugadores con una gran calidad dentro del terreno de juego.
Con el dinero ahorrado gracias a esta acción, Baltimore buscará mejorar su línea ofensiva, así como la posición de Ala Cerrada. Incluso, ya ha consolidado su primera contratación ofensiva al firmar al Guardia Kevin Zeitler (proveniente de NY Giants) con un contrato de $22.5 MDD por 3 años. Ahora, se espera que los Ravens busquen una nueva amenaza profunda en el emparrillado y que logre conectar con el propio Jackson y con Marquise Brown, para consolidar un trio bien interesante en la parte aérea y que el equipo necesita.
Está claro que la próxima temporada guarda un gran significado para la franquicia, ya que supondrá una nueva oportunidad para demostrar lo que son capaces de realizar y buscarán superar los Playoffs para poder alcanzar el Super Bowl. Con este objetivo y los elementos que rodean al equipo, los Ravens serán un equipo extremadamente interesante para observar la siguiente temporada y sin duda será un deleite para todos los aficionados que disfrutan de este deporte.